Me di un gran gusto interviniendo los espacios del patio del Centro Cultural Chacao en Caracas. Tres días de trabajo con bastante sol,música y mucha agua. La idea fue desarrollar un mural que se desdibujara y dejara ver una especie de nubes caraqueñas volando bajo y un cerro Avila escondido en el fondo. El mural se llenó de la energía de un espacio que no se detiene: estudiantes de música, obras de teatro, gente que se encuentra para contarse la vida, solitarios que esperan, y algunas visitas que me acompañaron y siguieron el proceso. Lo mejor es montarse en un andamio y ver todo desde lo alto y estar metido en ese bosque pintando.
martes, 22 de marzo de 2016
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