Comenzó como un proyecto donde cada ilustrador intervenía imágenes tomadas de viejos libros infantiles para colorear, de esos que todos recuerdan y que parecían infinitos por la cantidad de dibujos. Curiosamente estas imágenes eran ya unos íconos perdidos de los que no se conoce autor ni fecha de creación, una cosa que ya pertenece a la imagen popular de todos los tiempos. Ese juego de superponer elementos, tiempos, apropiarse de lo que está en el imaginario de todos.
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